e su hijo, este se sento en el poyo del portal,
entre las dos puertas; y limpiandose luego con el panuelo del bolsillo
el polvo de sus zapatos, replico vivamente:
--Eso lo dice usted aqui porque no hay comparanza; pero si me viera al
lado de don Damian como yo acabo de verme.... iTisana, que levita!...;
iaquellas si que son costuras!... Ni siquiera se conocen.... iY que
corte! Da gloria de Dios el verla. Y no estos costurones ... imas mal
asentaos!
--Pero, condenao, ?como quieres tu comparar aquel pano tan fino con este
mahon de a tres reales?
--iQue mahon ni que ocho cuartos! En las manos consiste toa la
cencia.... Si me hubiera hecho la ropa un sastre de Santander, como yo
queria.... Lo mismo que el chaleco ... y los calzones: por un lado me
sobra media fanega, y por otro no me puedo revolver adentro.... iY estos
zapatos!... Yo no se en que consiste que cuanto mas tocino les doy, mas
peor se ponen. iQue zapatos los de don Damian, tisana! Relumbran como el
sol de mediodia.
--Pero, hijo mio, ?no ves que don Damian es un senor muy rico?...
--Tambien tu te vestiras asi el dia de manana, ?verda, madre?
--iAnda, anda!; ya te estas relambiendo con los vestidos que te he de
regalar.... iComo no pongas otros!...
--Ni falta que me hacen, para que lo sepas; probe naci, y con saya de
estamena y tirando de la azada me han de querer....
--Calla, tonta, que lo dije por oirte: imia tu que me importara a mi el
dia de manana vestirte como una senora prencipal!... ?eh, madre?
A la buena mujer, mientras sus dos hijos comenzaban a contender en este
terreno, se le iban enrojeciendo los ojos, fenomeno que, en identicas
circunstancias, habia observado de algunos dias a aquella parte el tio
Nardo con no poca sorpresa; y sabiendo por la experiencia que si no
combatia la emocion a tiempo no podria disimularla, dio al dialogo otro
giro diverso, preguntando al muchacho:
--?Te dio la carta don Damian?
El interrogado que por otra parte, parecia estar deseando que se le
hiciera semejante pregunta, llevo la diestra al bolsillo interior de su
levita; despues a uno de los del chaleco; oculto entre sus dedos una
moneda, y sonriendo con expresion de triunfo, exclamo, alzando
progresivamente la voz:
--Aqui esta la carta ... y aqui esto...; ?lo ven bien? Esto ... ?que
diran que es esto?... iTisana!, que no lo aciertan.... Pues esto es ...
imedia onza!...
--iMedia onza!...
--iMedia onza!
--iMedia onza!--anadio el tio Nardo
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