FREE BOOKS

Author's List




PREV.   NEXT  
|<   167   168   169   170   171   172   173   174   175   176   177   178   179   180   181   182   183   184   185   186   187   188   189   190   191  
192   193   194   195   196   197   198   199   200   201   202   203   204   205   206   207   208   209   210   211   212   213   214   215   216   >>   >|  
iguras de las senoras de Porreno; y en su sonar disparatado, lo parecia que aquellas tres figuras crecian, crecian hasta tocar las nubes y ocupaban todo el espacio: Salome como una columna que sustentaba el cielo; Paz, como nube gigantesca que unia el Oriente con el Ocaso. Despues le parecia que menguaban, que disminuian hasta ser tamanitas: Paz como una nuez, Salome como un pinon, Paula como una lenteja. Oia la frailuna voz de la devota; veia extranos y complicados resplandores, partidos de la lampara del viejo; veia la rojiza diafanidad de sus orejas como dos lonjas de carne incandescente; veia la enormidad de su calva iluminada como un planeta; y por ultimo, todos estos confusos y desfigurados objetos se desviaban, dejando todo el fondo obscuro de las visiones para la imagen de Clara que, no desfigurada, sino en exacto retrato, se le representaba, alzando la vista de una labor interrumpida para mirarle. En tanto le parecia escuchar siempre una voz subterranea que clamaba: "Lazaro, ?duermes? Despierta, Lazaro." A la madrugada su sueno fue mas profundo. Desperto a las ocho, y en los primeros momentos tuvo que recoger sus ideas y meditar un poco para saber donde estaba y que cosas le habian sucedido. Su tio habia salido. Levantose y se vistio. No sabia que hora era; pero el hambre le hizo comprender que era hora de almorzar. Abrio la puerta, dirigiendo una mirada a lo largo del pasillo y a lo profundo de la escalera, y el primer objeto que encontraron sus ojos fue la figura de dona Paulita que subia lentamente. --?Ha descansado usted?--le pregunto con voz menos nasal e impertinente que de ordinario. --Si, senora: muchas gracias. --?No le falta a usted algo? --Nada, senora. --Pero querra usted comer alguna cosa. Aqui acostumbramos desayunarnos a las siete. Es lo mejor. Pero son las ocho; mi tia es muy rigorista, y ha dicho que, puesto que usted no estuvo a las siete en la mesa, no puede almorzar. Esto es una disciplina necesaria. Bien sabe usted que sin disciplina no puede haber orden. Ahora no puede usted tomar cosa alguna hasta las dos de la tarde. --Senora, no importa: yo ...--dijo Lazaro, que era cortes, aunque estaba muerto de hambre en aquel momento. --Pero no tema usted--continuo la devota, bajando la voz y mirando a todos lados.--Yo conozco que esta usted desfallecido, y es preciso darle de comer. No salga usted de su cuarto. Dicho esto, bajo muy ligera, procurando no ser vista. El joven sint
PREV.   NEXT  
|<   167   168   169   170   171   172   173   174   175   176   177   178   179   180   181   182   183   184   185   186   187   188   189   190   191  
192   193   194   195   196   197   198   199   200   201   202   203   204   205   206   207   208   209   210   211   212   213   214   215   216   >>   >|  



Top keywords:

Lazaro

 

parecia

 
profundo
 

devota

 
alguna
 

disciplina

 
senora
 

estaba

 
Salome
 

almorzar


crecian

 
hambre
 

gracias

 
muchas
 
mirada
 

querra

 

dirigiendo

 

puerta

 

comprender

 

escalera


descansado
 

figura

 
encontraron
 
Paulita
 

lentamente

 
pregunto
 

ordinario

 

impertinente

 

objeto

 
primer

pasillo
 

mirando

 
conozco
 

bajando

 

continuo

 
muerto
 

aunque

 

momento

 

desfallecido

 

preciso


procurando

 

ligera

 

cuarto

 

cortes

 

rigorista

 
puesto
 

estuvo

 

desayunarnos

 

necesaria

 
Senora