ello muy rapido: los ojos huyeron, pero dos o tres veces, en mi
largo minuto de insistencia, tornaron fugazmente a mi.
Fue asimismo, con la subita dicha de haberme sonado un instante su
marido, el mas rapido desencanto de un idilio. Sus ojos volvieron otra
vez, pero en ese instante senti que mi vecino de la izquierda miraba
hacia alla, y despues de un momento de inmovilidad de ambas partes, se
saludaron.
Asi, pues, yo no tenia el mas remoto derecho a considerarme un hombre
feliz, y observe a mi companero. Era un hombre de mas de treinta y
cinco anos, barba rubia y ojos azules de mirada clara y un poco dura,
que expresaba inequivoca voluntad.
--Se conocen--me dije--y no poco.
En efecto, despues de la mitad del acto mi vecino, que no habia vuelto
a apartar los ojos de la escena, los fijo en el palco. Ella, la cabeza
un poco echada atras, y en la penumbra, lo miraba tambien. Me parecio
mas palida aun. Se miraron fijamente, insistentemente, aislados del
mundo en aquella recta paralela de alma a alma que los mantenia
inmoviles.
Durante el tercero, mi vecino no volvio un instante la cabeza. Pero
antes de concluir aquel salio por el pasillo opuesto. Mire al palco, y
ella tambien se habia retirado.
--Final de idilio--me dije melancolicamente.
El no volvio mas y el palco quedo vacio.
* * * * *
--Si, se repiten--sacudio amargamente la cabeza.--Todas las
situaciones dramaticas pueden repetirse, aun las mas inverosimiles, y
se repiten. Es menester vivir, y usted es muy muchacho... Y las de su
_Tristan_ tambien, lo que no obsta para que haya alli el mas sostenido
alarido de pasion que haya gritado alma humana... Yo quiero tanto
como usted a esa obra, y acaso mas... No me refiero, querra creer, al
drama de _Tristan_, con las treinta y dos situaciones del dogma, fuera
de las cuales todas son repeticiones. No; la escena que vuelve como
una pesadilla, los personajes que sufren la alucinacion de una dicha
muerta, es otra cosa... Usted asistio al preludio de una de esas
repeticiones... Si, ya se que se acuerda... No nos conociamos con
usted entonces... Y precisamente a usted debia de hablarle de esto!
Pero juzga mal lo que vio y creyo un acto mio feliz... iFeliz!...
Oigame. iEl buque parte dentro de un momento, y esta vez no vuelvo
mas... Le cuento esto a usted, como si se lo pudiera escribir, por
dos razones: Primero, porque usted tiene un parecido pasmoso con lo
que era yo entonces--en
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