ho para poder hacer buen uso de nuestra
libertad. Algunos modernos hacen actos de la voluntad, y no del
entendimiento, al _asenso_ y _disenso_, y por consiguiente al _juicio_;
y lo fundan en que a nuestro albedrio consentimos en las proposiciones,
o disentimos a ellas quando queremos, lo que parece propio de la
voluntad. Esta queestion la tengo por poco util para hallar la verdad, y
evitar el error en las Artes y Ciencias. Lo que yo juzgo es, que en el
alma no son potencias distintas el entendimiento y voluntad, sino que
son el alma misma en quanto piensa y quiere, y que estas denominaciones
y distinciones de potencias solo se toman de los diversos actos que
exercita; y asi siempre que piensa, ya sea imaginando, ya sintiendo, ya
acordandose de las cosas, ya hallandolas, ya combinandolas, lo hace el
alma por una fuerza que llamamos _entendimiento_; y siempre que ama u
aborrece, asiente o disiente a las proposiciones, lo hace el alma misma:
y aquella fuerza con que libremente exercita estos actos llamamos
_voluntad_.
CAPITULO IX.
_De la difinicion._
[23] Los Filosofos llaman difinicion a la proposicion que declara bien
la esencia de la cosa. El sugeto de la proposicion es el _difinido_, y
la difinicion es el predicado; y como no qualquiera declaracion de la
esencia de una cosa es difinicion, por eso se anade que debe hacerse
_bien_, esto es, segun ciertas reglas que prescribe la recta razon, las
quales propondremos despues. En la difinicion del hombre: _Animal
racional_ se entiende la proposicion: _el hombre es animal racional_,
donde el hombre es el difinido y el sugeto, y animal racional es la
difinicion y el predicado. Debiendo toda difinicion declarar la esencia
de las cosas, con el fin de que no se confundan y se puedan distinguir
unas de otras, conviene advertir, que el entendimiento no alcanza las
esencias de los entes en si mismos; porque siendo el origen de todos los
conocimientos humanos lo que entra por los sentidos, como estos no nos
descubren el intimo ser de las cosas, sino solo la forma de ellas, que
consiste en un conjunto de caracteres inseparables de la esencia, por
eso nuestros alcances no llegan intimamente a penetrarle. Esta es una
verdad fundamental, que, repetida muchas veces por los modernos, fue
establecida de los antiguos; pues entre ellos Santo Thomas confiesa
llanamente, no una vez sola, que nos son desconocidas las diferencias
substanciales y esenciales de las cosas[a]. Quando se d
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