que dudar, que quando Ariston averiguaba que arbol era el que veia,
tendria dentro de si varios pensamientos con que le compararia hasta
encontrar con aquel que tenia entera conveniencia con el que buscaba, y
asi interiormente diria: _Este arbol parece sauce_, y afirmaba en el
primer modo en quanto juntaba la nocion de _sauce_ con la de aquel
arbol; mas no en el segundo, porque no hallando entre el arbol
presente, y el sauce la semejanza necesaria que debia corresponder a su
experiencia, no asentia a que lo fuese. Del mismo modo pensaria en otros
arboles, y de ninguno lo afirmaria con asenso hasta llegar al
_almendro_.
[21] De otro modo le sucede a Ticio, que, paseando con serenidad de
animo, ve a Crisias su mayor enemigo, que quiso tal vez en otro tiempo
quitarle la vida, y la fama. Luego que Ticio le descubre, percibe a
Crisias, y junta la nocion de enemigo, diciendo dentro de si: _Crisias
es mi enemigo; Crisias me quiso quitar la vida; Crisias intento quitarme
la fama_. Pero al mismo tiempo se le excita a Ticio la memoria del
agravio y maldad de Crisias, y los afectos de ira, de odio, u de
venganza. Esto se executa en Ticio tan aprisa, que casi lo mismo es ver
a Crisias, que suceder todo lo referido. La primera percepcion de
Crisias, que tuvo Ticio, no fue voluntaria, puesta la aplicacion de la
vista en el modo dicho. Tampoco lo fue la memoria del agravio, y de la
ofensa, ni el primer movimiento de los afectos nombrados. Lo son
solamente las proposiciones propuestas, y lo son mucho mas los juicios
que suelen seguirse a los afectos, como si Ticio llevado de la ira
dixese: _He de vengarme_, y otros semejantes. Aqui se han de distinguir
los afectos e inclinaciones que se excitan en Ticio quando ve a Crisias,
de los juicios que de ordinario suele Ticio juntar con ellos, porque el
primer movimiento de aversion acia Crisias, excitado de la primera
percepcion que aquel tuvo de este, no es voluntario, y los Filosofos le
llaman _motus primo primus_; pero los juicios que suelen acompanar
aquellos movimientos son voluntarios, y puede Ticio, y debe apartarlos,
y en algunas ocasiones aplicar todas sus fuerzas para reprimirlos.
[22] Siguese de lo dicho, que los errores estan en el _juicio_, y que
debemos trabajar en dirigirle con acierto para proceder con rectitud en
el examen de la verdad. Tambien es de notar, que han de distinguirse las
operaciones _libres_ del alma, de las que no lo son, porque este
conocimiento importa muc
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