familia. En mi juventud yo,
lo mismo que mis hermanos y padre, padecia lamentable
propension a las mas absurdas manias; pero aqui me tiene
usted tan pasmosamente curado, que no conozco tal enfermedad
[20] sino cuando la veo en los demas. Por eso mi
sobrinilla me tiene tan inquieto.
--Celebro que los aires de Orbajosa le hayan preservado
a usted--dijo Rey, no pudiendo reprimir un sentimiento
de burlas que por ley extrana nacio en medio de su tristeza.--A
[25] mi me han probado tan mal, que creo he de ser
maniatico dentro de poco tiempo si sigo aqui. Con que buenas
noches, y que trabaje usted mucho.
--Buenas noches.
Dirigiose a su habitacion; mas no sintiendo sueno ni
[30] necesidad de reposo fisico, sino por el contrario, fuerte
excitacion que le impulsaba a agitarse y divagar, cavilando
y moviendose, se paseo de un angulo a otro de la pieza.
Despues abrio la ventana que daba a la huerta, y poniendo
los codos en el antepecho de ella, contemplo la inmensa
negrura de la noche. No se veia nada. Pero el hombre 112
ensimismado lo ve todo, y Rey, fijos los ojos en la
obscuridad, miraba como se iba desarrollando sobre ella el
abigarrado paisaje de sus desgracias. La sombra no le permitia
[5] ver las flores de la tierra, ni las del cielo, que son las
estrellas. La misma falta casi absoluta de claridad
producia el efecto de un ilusorio movimiento en las masas de
arboles, que se extendian al parecer, iban perezosamente y
regresaban enroscandose, como el oleaje de un mar de
[10] sombras. Formidable flujo y reflujo, una lucha entre
fuerzas no bien manifiestas, agitaban la silenciosa esfera.
El matematico, contemplando aquella extrana proyeccion
de su alma sobre la noche, decia:
--La batalla sera terrible. Veremos quien sale
[15] triunfante.
Los insectos de la noche hablaron a su oido, diciendole
misteriosas palabras. Aqui un chirrido aspero; alli un
chasquido semejante al que hacemos con la lengua; alla
lastimeros murmullos; mas lejos un son vibrante parecido
[20] al de la esquila suspendida al cuello de la res vagabunda.
De subito sintio Rey una consonante extrana, una rapida
nota propia tan solo de la lengua y de los labios humanos.
Esta exhalacion cruzo por el cerebro del joven como un
relampago. Sintio culebrear dentro de si aquel
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