los
orbajosenses, a aplastarlos, a hacerlos polvo.
[5] --Hombre, para, para por Dios, no nos pulverices--exclamo
la senora con sarcasmo.--iPobrecitos de nosotros!
Ten piedad, hombre, y deja vivir a estas infelices criaturas.
Y que, ?seras tu de los que ayuden a la tropa en la grandiosa
obra de nuestro aplastamiento?
[10] --Yo no soy militar. No hare mas que aplaudir cuando
vea extirpados para siempre los germenes de guerra civil,
de insubordinacion, de discordia, de behetria, de bandolerismo
y de barbarie que existen aqui para vergueenza de
nuestra epoca y de nuestro pais.
[15] --Todo sea por Dios.
--Orbajosa, querida tia, casi no tiene mas que ajos y
bandidos, porque bandidos son los que en nombre de una
idea politica o religiosa, se lanzan a correr aventuras cada
cuatro o cinco anos.
[20] --Gracias, gracias, querido sobrino--dijo dona Perfecta,
palideciendo.--?Con que Orbajosa no tiene mas que eso?
Algo mas habra aqui, algo mas que tu no tienes y que has
venido a buscar entre nosotros.
Rey sintio el bofeton. Su alma se quemaba. Erale muy
[25] dificil guardar a su tia las consideraciones que por sexo,
estado y posicion merecia. Hallabase en el disparadero de
la violencia, y un impetu irresistible le empujaba, lanzandole
contra su interlocutora.
--Yo he venido a Orbajosa--dijo,--porque usted me
[30] mando llamar; usted concerto con mi padre....
--Si, si es verdad--repuso la senora, interrumpiendole
vivamente y procurando recobrar su habitual dulzura.--No
lo niego. Aqui el verdadero culpable he sido yo. Yo tengo
la culpa de tu aburrimiento, de los desaires que nos haces,
de todo lo desagradable que en mi casa ocurre con motivo 134
de tu venida.
--Me alegro de que usted lo conozca.
--En cambio, tu eres un santo. ?Sera preciso tambien
[5] que me ponga de rodillas ante tu graciosidad y te pida
perdon?...
--Senora--dijo Pepe Rey gravemente, dejando de comer,--ruego
a usted que no se burle de mi de una manera tan
despiadada. Yo no puedo ponerme en ese terreno.... No
[10] he dicho mas sino que vine a Orbajosa llamado por usted.
--Y es cierto. Tu padre y yo concertamos que te casaras
con Rosario. Viniste a conocerla. Yo te acepte desde
luego como hijo.... Tu aparentaste amar a Rosario....
--Perdoneme ust
|