ingeniero, enfurecido porque dona Perfecta se
negaba a casar a Rosario con un ateo, habia _alzado la
[20] mano_ a su tia.
Estaba viviendo el joven en la posada de la viuda de
Cuzco, establecimiento _montado_ como ahora se dice, no a la
altura, sino a la bajeza de los mas primorosos atrasos del
pais. Visitabale con frecuencia el teniente coronel
[25] Pinzon, para ponerse de acuerdo respecto al enredo que entre
manos traian, y para cuyo eficaz desempeno mostraba el
soldado felices disposiciones. Ideaba a cada instante
nuevas travesuras y artimanas, apresurandose a llevarlas del
pensamiento a la obra con excelente humor, si bien solia
[30] decir a su amigo:
--El papel que estoy haciendo, querido Pepe, no se debe 144
contar entre los mas airosos; pero por dar un disgusto a
Orbajosa y su gente, andaria yo a cuatro pies.
No sabemos que sutiles trazas empleo el ladino militar,
[5] maestro en ardides del mundo; pero lo cierto es que a los
tres dias de alojamiento habia logrado hacerse muy
simpatico en la casa. Agradaba su trato a dona Perfecta, que no
podia oir sin emocion sus zalameras alabanzas del buen
porte de la casa, de la grandeza, piedad y magnificencia
[10] augusta de la senora. Con D. Inocencio estaba a partir un
confite. Ni la madre, ni el Penitenciario le estorbaban que
hablase a Rosario (a quien se dio libertad despues de la
ausencia del feroz primo); y con sus cortesanias
alambicadas, su habil lisonja y destreza suma, adquirio en la casa
[15] de Polentinos considerable auge y hasta familiaridad. Pero el
objeto de todas sus artes era una criada, que tenia por
nombre Librada, a quien sedujo (castamente hablando)
para que transportase recados y cartitas a Rosario,
fingiendose enamorado de esta. No resistio la muchacha al
[20] soborno, realizado con bonitas palabras y mucho dinero,
porque ignoraba la procedencia de las esquelas y el
verdadero sentido de tales lios; pues si llegara a entender que
todo era una nueva diablura de D. Jose, aunque este le
gustaba mucho, no hiciera traicion a su senora por todo el
[25] dinero del mundo.
Estaban un dia en la huerta dona Perfecta, D. Inocencio,
Jacinto y Pinzon. Hablose de la tropa y de la mision que
traia a Orbajosa, en cuyo tratado el senor Penitenciario
hallo tema para condenar la tiranica co
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