pluma en la oreja. Su rostro pudico, fresco y sonrosado
daba a tal aparicion aspecto semejante al de una
aurora.
[10] --Buenas tardes, Sr. D. Jose--dijo festivamente.
La voz de abajo gritaba de nuevo:
--iJacinto, pero Jacinto!
--Alla voy. Estaba saludando a un amigo....
--Vamonos, vamonos--grito Florentina con zozobra.--El
[15] senor Penitenciario va a subir al cuarto de _D. Nominavito_
y nos echara un responso.
--Vamonos, si; cerremos la puerta del comedor.
Abandonaron en tropel el terrado.
--Debieron ustedes prever que Jacinto las veria desde
[20] su templo del saber--dijo Tafetan.
--_Don Nominavito_ es amigo nuestro--repuso una de
ellas.--Desde su templo de la ciencia nos dice a la calladita
mil ternezas, y tambien nos echa besos volados.
--?Jacinto?--pregunto el ingeniero,--?que endiablado
[25] nombre le han puesto ustedes?
--_Don Nominavito_....
Las tres rompieron a reir.
--Lo llamamos asi porque es muy sabio.
--No: porque cuando nosotras eramos chicas, el era
[30] chico tambien; pues... si. Saliamos al terrado a jugar,
y le sentiamos estudiando en voz alta sus lecciones.
--Si, y todo el santo dia estaba cantando.
--Declinando, mujer. Eso es: se ponia de este modo:
_Nominavito rosa, Genivito, Davito, Acusavito_.
--Supongo que yo tambien tendre mi nombre postizo--dijo 96
Pepe Rey.
--Que se lo diga a usted Maria Juana--replico Florentina
ocultandose.
[5] --?Yo?... diselo tu, Pepa.
--Usted no tiene nombre todavia, D. Jose.
--Pero lo tendre. Prometo que vendre a saberlo, a
recibir la confirmacion--dijo el joven con intencion de
retirarse.
[10] --?Pero se va usted?
--Si. Ya han perdido ustedes bastante tiempo. Ninas,
a trabajar. Esto de arrojar piedras a los vecinos y a los
transeuntes, no es la ocupacion mas a proposito para unas
jovenes tan lindas y de tanto merito... Con que abur....
[15] Y sin esperar mas razones ni hacer caso de los cumplidos
de las muchachas, salio a toda prisa de la casa, dejando en
ella a don Juan Tafetan.
La escena que habia presenciado; la vejacion sufrida por
[20] el canonigo; la inopinada aparicion del doctorcillo, aumentaron
las confusiones, recelos y presentimientos desagradables
que turbaban el alma del pobre ingeniero. Deplor
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