e he visto en mi vida. Es mejor que guarde mis seis pesetas. Adios.
Despues de algunos minutos el segundo joven alcanzo a Juan.
--Buenos dias, amigo,--le dijo afablemente.--Hace muy buen tiempo.
iToma!
[Illustration]
?Que lleva Vd. aqui? ?Una cabra? Yo iba a la feria precisamente a
comprar una cabra. ?Quiere Vd. venderme la suya? Le doy cinco pesetas
por ella.
El campesino se detuvo, y rasgandose la oreja dijo para sus adentros:
--iCanario! Aqui esta otro sujeto que dice que traigo la cabra. ?Sera
esto posible? Durante todo el camino este animal no ha abierto el
hocico. Si solo hiciera ruido yo podria entonces saber si era la cabra o
la vaca. iMaldita suerte! La proxima vez que vaya al establo me llevo a
mi mujer.
--Pues bien,--continuo el tunante joven,--si no me quiere Vd. vender la
cabra, tendre que comprarla en la feria. Pero creo que cinco pesetas es
bastante dinero por una cabra tan flaca. Adios.
Por ultimo llego el tercer joven.
--iOla, amigo! ?Quiere Vd. vender su cabra?
El pobre campesino no sabia que responder, pero al cabo de un momento de
silencio replico:
--Vd. es el tercero que me habla de una cabra. ?No puede Vd. ver que el
animal que traigo es una vaca?
--Mi buen hombre, es Vd. ciego o esta embriagado,--repuso el
embustero.--iVaya! Un nino puede decirle que su animal no es una vaca,
sino una cabra; y, por cierto, muy flaca.
--iCanastos!--contesto el tonto aldeano.--Recuerdo claramente que he
tomado el animal que estaba atado cerca de la puerta. Ademas, este
animal tiene la cola larga, y una cabra tiene la cola mas corta.
--No diga Vd. tonterias,--contesto el tunante.--Le ofrezco cuatro
pesetas por su cabra.
Diciendo y haciendo, el picaro saco del bolsillo cuatro piezas de plata
y las hizo sonar.
El pobre lugareno completamente aturdido y ya casi convencido, vendio
el animal, recibio el dinero y se volvio a su casa, mientras que los
jovenes siguieron camino a la feria.
La mujer del campesino se indigno mucho cuando su marido le entrego las
cuatro pesetas.
--iTonto! iEstupido!--exclamo colerica.--Llevaste la vaca que vale a lo
menos cincuenta pesetas.
--Pero, ?que podia hacer yo? Tres hombres, uno despues de otro, me
aseguraban que llevaba la cabra, y...
--?Tres hombres? iPapanatas!--interrumpio la mujer.--Apuesto a que esos
hombres fueron los mismos que pasaron por aqui, y me preguntaron cual
era el camino de la aldea. Sin duda han vendido ya la vaca al prime
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