Ya sabe
usted que aqui se producen los primeros ajos de toda Espana.
[30] Pasan de veinte las familias ricas que viven entre nosotros.
--Verdad es--indico dona Perfecta--que los ultimos
anos han sido detestables a causa de la seca; pero aun asi
las paneras no estan vacias, y se han llevado ultimamente
al mercado muchos miles de ristras de ajos.
--En tantos anos que llevo de residencia en Orbajosa--dijo 31
el clerigo, frunciendo el ceno--he visto llegar aqui
innumerables personajes de la Corte, traidos unos por la
gresca electoral, otros por visitar algun abandonado terruno
[5] o ver las antigueedades de la catedral, y todos entran
hablandonos de arados ingleses, de trilladoras mecanicas, de
saltos de aguas, de bancos y que se yo cuantas majaderias.
El estribillo es que esto es muy malo y que podia ser mejor.
Vayanse con mil demonios, que aqui estamos muy bien sin
[10] que los senores de la Corte nos visiten, mucho mejor sin oir
ese continuo clamoreo de nuestra pobreza y de las grandezas
y maravillas de otras partes. Mas sabe el loco en su casa
que el cuerdo en la ajena, ?no es verdad, Sr. D. Jose? Por
supuesto, no se crea ni remotamente que lo digo por usted.
[15] De ninguna manera. Pues no faltaba mas. Ya se que
tenemos delante a uno de los jovenes mas eminentes de la
Espana moderna, a un hombre que seria capaz de transformar
en riquisimas comarcas nuestras aridas estepas....
Ni me incomodo porque usted me cante la vieja cancion de
[20] los arados ingleses y la arboricultura y la selvicultura....
Nada de eso; a hombres de tanto, de tantisimo talento, se
les puede dispensar el desprecio que muestran hacia nuestra
humildad. Nada, amigo mio, nada, Sr. D. Jose, esta usted
autorizado para todo, incluso para decirnos que somos poco
[25] menos que cafres.
Esta filipica, terminada con marcado tono de ironia y
harto impertinente toda ella, no agrado al joven; pero se
abstuvo de manifestar el mas ligero disgusto y siguio la
conversacion, procurando en lo posible huir de los puntos
[30] en que el susceptible patriotismo del senor canonigo hallase
facil motivo de discordia. Este se levanto en el momento
en que la senora hablaba con su sobrino de asuntos de
familia y dio algunos pasos por la estancia.
Era esta vasta y clara, cubierta de antiguo papel, cu
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