en esta casa, querida tia, querida prima, me
he sentido rodeado de la atmosfera de paz que deseo. No
hay que hablarme, pues, de sociedades altas ni bajas, ni de
mundos grandes ni chicos, porque de buen grado los cambio
todos por este rincon.
[25] Esto decia, cuando los cristales de la puerta que comunicaba
el comedor con la huerta se obscurecieron por la
superposicion de una larga opacidad negra. Los vidrios
de unos espejuelos despidieron, heridos por la luz de sol,
fugitivo rayo; rechino el picaporte, abriose la puerta, y el
[30] senor Penitenciario penetro con gravedad en la estancia.
Saludo y se inclino, quitandose la canaleja hasta tocar con
el ala de ella al suelo.
--Es el senor Penitenciario de esta Santa Catedral--dijo
dona Perfecta,--persona a quien estimamos mucho y
de quien espero seras amigo. Sientese usted, Sr. D. 30
Inocencio.
Pepe estrecho la mano del venerable canonigo, y ambos
se sentaron.
[5] --Pepe, si acostumbras fumar despues de comer, no
dejes de hacerlo--manifesto benevolamente dona Perfecta,--ni
el senor Penitenciario tampoco.
A la sazon el buen D. Inocencio sacaba de debajo de la
sotana una gran petaca de cuero, marcada con irrecusables
[10] senales de antiquisimo uso, y la abrio, desenvainando de
ella dos largos pitillos, uno de los cuales ofrecio a nuestro
amigo. De un cartoncejo que ironicamente llaman los
espanoles _wagon_, saco Rosario un fosforo, y bien pronto
ingeniero y canonigo echaban su humo el uno sobre el otro.
[15] --?Y que le parece al Sr. D. Jose nuestra querida ciudad
de Orbajosa?--pregunto el canonigo, cerrando fuertemente
el ojo izquierdo, segun su costumbre mientras fumaba.
--Todavia no he podido formar idea de este pueblo--dijo
Pepe.--Por lo poco que he visto, me parece que no le
[20] vendrian mal a Orbajosa media docena de grandes capitales
dispuestos a emplearse aqui, un par de cabezas inteligentes
que dirigieran la renovacion de este pais y algunos miles
de manos activas. Desde la entrada del pueblo hasta la
puerta de esta casa he visto mas de cien mendigos. La
[25] mayor parte son hombres sanos y aun robustos. Es un
ejercito lastimoso, cuya vista oprime el corazon.
--- Para eso esta la caridad--afirmo don Inocencio.--Por
lo demas, Orbajosa no es un pueblo miserable.
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