por el invierno cuya fria impresion
bastaria el arrostrarla un
momento?
Mi ciencia me ofrece todavia algun
recurso. Puedo invocar los
muertos y preguntarles cual es el
objeto de nuestros terrores. La nada
de los sepulcros quizas me responderan...
?Y si no responden?... iEl
profeta sepultado respondio a la encantadora
de Endor! y el rey de
Esparta supo su destino futuro por
las sombras de la virgen de Bizancio.
Habia quitado la vida a la que
amaba sin conocer que era su victima,
y murio sin obtener perdon.
Fue en vano que invocase a Jupiter,
y que por la voz de los magicos de
la Arcadia suplicase a la sombra
irritada el ceder o a lo menos el fijar
un termino a su venganza. Obtuvo
una respuesta oscura, pero que fue
demasiado cierta[3].
Si yo no hubiese vivido nunca,
lo que amo viviria todavia; si no
hubiera amado nunca, lo que amo
aun conservaria la hermosura, la
felicidad y el don de poder hacer
dichosos. ?Que se ha hecho la victima
de mis maldades?... Un objeto
en el cual no me atrevo a pensar...
Nada quizas... De aqui a algunas
horas habre salido de mis
dudas... Sin embargo tiemblo al ver
llegar el momento deseado... Hasta
ahora jamas me ha hecho temblar
el acercarse un espiritu bueno o
uno malo... Me estremezco... Siento
un peso de hielo sobre mi corazon.
Pero puedo atreverme a lo que temo
y desafiar los recelos de la materia.
La noche llega....
[Se va.]
ESCENA III.
[La cumbre del monte Jungfro.]
EL PRIMER DESTINO.
El disco plateado de la luna empieza
a brillar en los cielos. Nunca
el pie de un mortal vulgar ha manchado
las nieves sobre las cuales
andamos durante la noche sin dejar
ninguna huella. Apenas rozamos ligeramente
esta mar de escarchas
que cubre las montanas con sus olas
inmoviles, semejantes a la espuma
de las aguas que el frio ha helado
repentinamente despues de una tempestad;
imagen de un abismo reducido
al silencio de la muerte. Esta
cumbre fantastica, obra de algun
terremoto, y sobre la cual descansan
las nubes de sus viages vagamundos,
esta consagrada a nuestros misterios
y a nuestras vigilias: yo espero en
ella a mis hermanos que deben venir
conmigo al palacio de Ariman;
esta noche se celebra nuestra grande
fiesta... ?Porque tardan en venir?
[Una voz canta a lo lejos.]
El usurpador cautivo, precipitado
del trono, sepultado en un
infame reposo, estaba olvidado y
solitario: yo he interrumpido su
sueno, le he dado el socorr
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