noches en sombrios
desvelos; las suyas estaban consagradas
a los festines y a las diversiones.
No se le veia ir errante por
las montanas o por los bosques, como
uen lobo silvestre, no huia de los
hombres ni de sus placeres.
HERMAN.
iPor vida mia! ivivan estos tiempos
dichosos! iQuisiera ver a la alegria
que viniese a visitar de nuevo
estas antiguas murallas! Parece que
las ha olvidado del todo.
MANUEL.
Era necesario primeramente que
el castillo cambiase de senor. iOh!
ihe visto aqui cosas tan estranas,
Herman!
HERMAN.
iY bien! dignate de hacer confianza
de mi; cuentame algunas cosas
para pasar el rato: te he oido hablar
vagamente sobre lo que sucedio
en otros tiempos en esta misma
torre.
MANUEL.
Me acuerdo que una tarde a la
hora del crepusculo, una tarde semejante
a esta, la nube rojiza que
corona la cima del monte Eigher
estaba en el mismo parage, y quizas
era la misma nube, el viento era
flojo y tempestuoso, la luna empezaba
a lucir sobre el manto de nieve
que cubre las montanas; el conde
Manfredo estaba como ahora en su
torre: ?que hacia alli? lo ignoramos;
pero estaba con el la sola companera
de sus paseos solitarios y de sus
desvelos, el unico ser viviente a
quien manifestaba amar; los lazos
de la sangre se lo ordenaban, es
cierto; era su querida Astarte; era
su... ?Quien esta, ahi?
[Entra el Abad de San Mauricio.]
EL ABAD.
?En donde esta vuestro amo?
HERMAN.
Esta en la torre.
EL ABAD
Es preciso que yo le hable.
MANUEL
Es imposible, esta solo, y nos esta
prohibido el introducir a nadie.
EL ABAD.
Yo lo tomo sobre mi ... es preciso
que yo le vea.
HERMAN.
?No le habeis ya visto esta tarde?
EL ABAD.
Herman, yo te lo ordeno, ves a
llamar a la puerta y a prevenir al
conde acerca de mi visita.
HERMAN.
Nosotros no nos atrevemos.
EL ABAD.
iY bien! yo mismo ire a anunciarme.
MANUEL.
Mi respetable padre, deteneos, os
lo suplico.
EL ABAD.
?Porque?
MANUEL.
Esperad un momento, y yo me
esplicare en otro parage.
[Se van.]
ESCENA IV.
[El interior de la torre.]
MANFREDO _solo_.
Las estrellas se ponen en orden
en el firmamento; la luna se manifiesta
sobre la cumbre de las montanas
coronadas de nieve: iadmirable
espectaculo! conozco que amo
todavia a la naturaleza, porque el
aspecto de la noche me es mas familiar
que el de los hombres, y es
en sus tin
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