formar a
los oyentes distinto conocimiento del que los enfermos pretenden
manifestar. En efecto a un hombre que jamas hubiera tenido _dolor_,
seria muy dificultoso hacerle comprehender que otro lo padecia, aunque
se lo explicase con aquella voz, porque le faltaba la nocion del
significado: al modo que seria imposible hacer entender a un ciego lo
que es _verde, azul_, o _amarillo_, porque oiria estas voces, mas no las
entenderia por no tener noticia de sus objetos. De esto nacen no solo
muchos errores, que pertenecen a los sentidos, sino infinitas disputas,
que mueven gran ruido, y son faciles de entender si se explican con
claridad las voces. De todo lo dicho concluyo, que los sentidos de suyo
son fieles, porque siempre representan las cosas segun las impresiones
que estas hacen en el cuerpo: que sus impresiones son respectivas; esto
es, solo muestran la proporcion, o improporcion que los objetos tienen
con nosotros; y que los errores que cometemos por medio de ellos
consisten en el juicio que solemos juntar a la percepcion de las cosas.
CAPITULO II.
_Continuase la explicacion de los errores de los sentidos._
[9] Aquel juicio que solemos juntar con las sensaciones sin advertirlo,
nos hace caer en muchisimos errores. Los quales distribuire para mayor
claridad en tres clases; es a saber, en los que pertenecen a lo moral, a
lo fisico, y al trato civil, y me valdre de algunos exemplos por hacer
mas comprehensible tan importante asunto. Los errores pertenecientes a
lo moral son los que principalmente han de evitarse, porque de lo
contrario pueden seguirse graves danos; los he manifestado en la
Filosofia Moral, por lo que propondre solo los mas principales, como que
de ellos nacen otros muchos, cuyo descubrimiento pertenece a la Logica.
Atendiendo, pues, al uso que los hombres comunmente hacen de los
sentidos y de la razon, puede decirse con verdad, que son mas sensibles
que racionales; esto es, se gobiernan mas de ordinario por las
apariencias de los sentidos, que por el fundamento de la razon. Esto
nace de que aquellas cosas que se perciben por los sentidos hacen mucha
impresion, y suelen los hombres inclinarse a ellas; de modo, que no
piensan sino en las cosas sensibles. De esto procede, que tienen por
bienes verdaderos a los que no son sino aparentes y tal vez falsos; y
siendo objetos de los sentidos, los buscan y aman. Si los hombres
reflectaran un poco sobre lo que les sucede en la eleccion de estos
falsos
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