no _bon
sprit_, habiendo mucha diferencia entre estos dos atributos.
[40] Si como a las bellas representaciones de su fantasia, y
combinaciones vastas de su ingenio han acompanado siempre las pasiones
de desafecto a la Religion Christiana, de deseo de gloria y de
singularidad, de independencia, de satisfaccion propia, y otras de este
jaez, hubiera tenido inclinacion a la piedad, subordinacion a los
sabios, desconfianza de si mismo, mas deseos de ser util que aplaudido,
mas contenido, menos licencioso, menos propension a las apariencias
atractivas de lo sensible, y, por decirlo de una vez, menos amor propio,
hubiera podido ser util al genero humano, empleando en su favor los
talentos. Si en lugar de un estilo florido correspondiente a su
imaginacion, lleno de expresiones chocantes y agudas, de sales
penetrantes y malignas, de un ayre y tono libre y desenvuelto, hubiera
usado (a lo menos en la prosa) de un lenguage propio, expresivo,
moderado, y tal que conociesen todos que tiraba a ensenar y no a
ofender, seria mas aceptable entre los que prefieren lo solido a lo
brillante, gobernandose por el juicio, no por la imaginacion. Muestrase
defensor de la humanidad, pero al hombre para mantenerle solo le procura
lo que le destruye. Mirale por la parte de lo sensible, y por este lado
le levanta, dandole licencia para quanto le sugiere el apetito y el
gusto: no le mira por la parte de la razon, ni del juicio, y por eso se
abstiene de darle buenas maximas. En los grandes hombres solo nota las
faltas, calla las virtudes, y si las nombra las envuelve en satiras; y
siendo asi que mientras haya hombres ha de haber vicios y defectos,
asido de estos pinta al genero humano de peor condicion que las bestias,
gobernandose por lo que vulgarmente es, sin ensenarle lo que debe ser.
En todas sus obras no hay un discurso filosofico seguido. En la historia
no se citan monumentos que hagan fe. Si BALUZIO, LAUNOI, Y VALESIO, sus
paysanos, sacasen la cabeza, y viesen lo que este Historiador asegura
siempre sobre su palabra, y ageno de documentos, se admirarian que
hubiese celebradores de tales escritos. Habla de todas las cosas sin
estudio fundado de ellas, y esta a la vista, que rara vez trae pruebas
de lo que afirma. El Diccionario Filosofico suyo, donde todo se dice al
ayre sin probarse nada, es un testimonio calificado de esto, pues en el
ha reducido a compendio toda la impiedad, y cumulo de errores esparcidos
en los demas libros. El Parlament
|