a este modo pueden ser infinitas
las combinaciones que nacen de la diversidad de pintarse las imagenes en
la fantasia. Lo que principalmente se ha de notar es, que toda suerte de
imaginacion nos puede ocasionar el error, porque puede enganar al
juicio; de modo, que si bien lo consideramos, no hay error en la
imaginacion, sino en el juicio, a la manera que sucede con las
percepciones de los sentidos. Debese, pues, poner el cuidado posible en
gobernar bien el juicio, y en no dexarse llevar de las apariencias de la
imaginacion. Aprovechara mucho para conseguir esto el conocimiento de
que las pasiones casi siempre acompanan a la imaginacion, como ya hemos
explicado antes.
[36] Con estas advertencias sera facil descubrir muchos errores que
ocasiona la imaginacion, y manifestar el modo de evitarlos; y para
disponerlos con orden los distribuiremos en los que pertenecen a la
Religion, y al trato civil donde comprehenderemos los que atrasan los
progresos de las Artes y Ciencias. Gran parte de las heregias que en
todos los tiempos han infestado la Iglesia, han nacido de imaginaciones
fuertes, y fecundas. Pongamos en la antigueedad a MONTANO, que imagina
vivamente, que el Espiritu Santo ha dado a el sus dones, y no a los
Apostoles, imprimiendose profundamente en su imaginacion esta especie y
otras semejantes, las quales hallando la razon flaca, y el juicio poco
solido, los pervirtieron, ocasionando graves errores. Fuele facil a
Montano hacer creer como verdaderos los falsos entusiasmos de su
imaginacion a Prisca y Maximilla, que por el sexo, y falta de
instruccion, lograban una imaginacion fuerte, y la razon flaca. Tuvo
Tertuliano la imaginacion muy fuerte y vehemente, y no la acompanaba un
juicio de los mas solidos; y recibiendo en su fantasia los errores de
Prisca, no supo enmendarlos. Pero en Tertuliano no era solo fuerte la
imaginacion, sino vehemente, pues se le imprimian tan fuertemente las
cosas, que arrastraban al juicio, y por la vehemencia las persuadia
facilmente a los demas. No obstante esto, es preciso confesar, que su
_Apologia_ por la Religion es ciertamente obra util y de juicio, aunque
resplandecen mucho en ella las fuerzas de la imaginacion vehemente; pero
acabo de mostrarlas en el libro de _Pallio_, donde emplea la eficacia
mayor, y toda la vehemencia que es decible en persuadir cosas inutiles,
y de ningun momento.
[37] Algunos colocan a Seneca entre los Escritores de imaginacion fuerte
y de poco juicio[a].
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