oma! iDel _Moro_!
--iA saber quien seria ese _Moro_!... Por de pronto,[81-2]
Juan, las monedas que el _Moro_ escondiera en su casa, serian
suyas o de sus herederos; no tuyas, ni mias....
--iEstas diciendo disparates! iPor esa cuenta, no debia
10 yo ser alcalde de Aldeire, sino el que lo era el ano pasado
cuando se pronuncio Riego![81-3] iPor esa cuenta, habria que
mandar[81-4] todos los anos a Africa, a los descendientes de los
moros, las rentas que produjesen las vegas de Granada, de
Guadix[81-5] y de centenares de pueblos!...
15 --iPuede que[81-6] tengas razon!... En fin, ve a Ugijar, y el
compadre te aconsejara lo mejor en todo.
III
Ugijar dista de Aldeire cosa de cuatro leguas de muy mal camino.
No serian,[81-7] sin embargo, las nueve de la siguiente manana
20 cuando el tio Juan Gomez, vestido con su calzon corto de
punto azul y sus bordadas botas blancas de los dias de fiesta,
hallabase ya en el despacho de D. Matias de Quesada, hombre
de mucha edad y mucha salud, doctor en ambos Derechos[81-8]
y autor de la mayor parte de los _entuertos_ contra la justicia que
25 se hacian por entonces en aquella tierra. Habia sido toda su
vida lo que se llama un abogado picapleitos, y estaba riquisimo
y muy bien relacionado en Granada y Madrid.
Oido que hubo[81-9] la historia de su digno compadre, y despues
de examinar atentamente el pergamino, dijole que, en su
opinion, nada de aquello olia a tesoro: que el nicho en que
30 hallo el tubo debio de ser[81-10] un _babuchero_,[81-11] y que el
escrito le parecia una especie de oracion que los moros suelen (p82)
leer todos los viernes[82-1] por la manana.... Pero que, sin
embargo, no siendole a el completamente conocida la lengua arabe,
remitiria el documento a Madrid a un condiscipulo suyo que estaba
empleado en la Comisaria de los Santos Lugares,[82-2] a fin de que
05 lo enviara a Jerusalen, donde lo traducirian al castellano; por
todo lo cual seria conveniente mandarle al madrileno un par
de onzas de oro,[82-3] en letra,[82-4] para una jicara de chocolate.
Mucho lo penso el tio Juan Gomez antes de pagar un chocolate
tan caro (que resultaba a diez mil doscientos cuarenta
10 reales la libra); pero tenia tal seguridad en lo del _tesoro_[82-5]
(y a fe que[82-6] no se
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