tres hijos, suponiendo que[92-7] los austriacos no me cojan en la
primera batalla y me cuelguen de un alcornoque, como yo los colgaria
a todos ellos si pudiera.
"Pues bien: al salir de esta _Torre_ para emprender la ultima
15 y decisiva campana dejo escondidos aqui, en sitio a que no
podra llegar nadie sin topar primero con el presente manuscrito,
todo mi oro, toda mi plata, todas mis perlas; el tesoro de mi
familia; la hacienda de mis padres, mia y de mis herederos; el
caudal de que soy dueno y senor por ley divina y humana, como
20 es del ave la pluma que cria, o como son del nino los dientes que
echa con trabajo, o como son de cada mortal los malos humores
de cancer o de lepra que hereda de sus padres.
"iDetente, por tanto, oh tu, moro, cristiano o judio que, habiendote
puesto a derribar esta mi casa, has llegado a descubrir
25 y leer los renglones que estoy escribiendo! iDetente, y respeta
el arca de tu projimo![92-8] iNo pongas la mano en su caudal!
iNo te apoderes de lo ajeno! Aqui no hay nada del
fisco, nada de dominio publico, nada del Estado. El oro de
las minas podra pertenecer a quien lo descubra, y una parte de
30 el al Rey del territorio. Pero el oro fundido y acunado, el
dinero, la moneda, es de su dueno, y nada mas que[92-9] de su dueno.
iNo me robes, pues, mal hombre! iNo robes a mis descendientes,
que ya vendran, el dia que este escrito,[92-10] a recoger su
herencia! Y si es que buenamente, por casualidad, encuentras (p93)
mi tesoro, te aconsejo que publiques edictos, llamando y notificando
el caso a los causa-habientes de Hassan-ben-Jussef; que
no es de hombres honestos[93-1] guardarse los hallazgos cuando estos
hallazgos tienen propietario conocido.
05 "Si asi no lo hicieres, imaldito seas,[93-2] con la maldicion de
Alah y con la mia! iY partate un rayo! iY quiera Dios que cada
una de mis monedas se vuelva en tus manos un escorpion, y
cada perla un alacran! iY que mueran de lepra tus hijos, con
los dedos podridos y deshechos, para que no tengan ni tan siquiera
[93-3] 10 el placer de rascarse! iY que tu hija la mayor se escape
de tu casa con un judio! iY que a ti te metan un palo
por el cuerpo, y te saquen asi a la vergueenza, teniendote en
alto hasta que, con el peso de tu cuerpo, el palo salga por
encima de la coro
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