rced, y dijo, quitandose el sombrero y rascandose la
cabeza, todo de un solo golpe:[100-6]
--iBuenos dias nos de Dios, senor Juan y sena Torcuata!
Ya se haran ustedes cargo[100-7] de que algo habra sucedido por
alla arriba para que yo baje por aqui con tan mal tiempo, no
25 tocandome oir misa este domingo. ?Como va de salud?
--iVaya! ivaya! ino espero mas!--exclamo la mujer del
alcalde, cruzandose la mantilla[100-8] con violencia.--iEstaria de
Dios[100-9] que hoy echases la misa en el puchero![100-10] iYa
tienes ahi conversacion y copas para todo el dia, sobre si [100-11]
30 las cabras estan prenadas o sobre si los borregos han echado
cuernos!
(p101)
iTe condenaras, Juan; te condenaras si no haces pronto las
paces con la Iglesia dejando la maldita alcaldia!
Marchado que se hubo[101-1] la sena Torcuata, el Alcalde alargo
un rosco y una copa al mayoral, y le dijo:
05 --iSimplezas de mujeres, tio Jenaro! Arrimese usted a la
lumbre y hable. ?Que ocurre por alla arriba?
--iPues nada! que ayer tarde el cabrero Francisco vio que
un hombre, vestido a la malaguena, con pantalon largo y chaquetilla
de lienzo, y liado en una manta de muestra,[101-2] se habia
10 metido en el _corral nuevo_ por la parte que todavia no tiene
tapia, y rondaba la _Torre del Moro_, estudiandola y midiendola
come si fuese un maestro de obras.[101-3] Preguntole Francisco que
significaba aquello, y el forastero le interrogo a su vez _quien era
el dueno de la Torre_; y como Francisco le dijese que _nada menos
15 que el Alcalde del pueblo_, repuso que el hablaria a la noche con
su merced y le explicaria sus planes. Llego presto la noche,
y el hombre hizo como que se marchaba,[101-4] con lo que el cabrero
se encerro en su choza, que, como sabe usted, dista poco de
alli. Dos horas despues de obscurecer enteramente noto el
20 mismo Francisco que en la Torre sonaban ruidos muy raros y
se veia luz, lo cual le lleno de tal miedo que ni tan siquiera
[101-5] se atrevio a ir a mi choza a avisarme; cosa que hizo en
cuanto fue de dia,[101-6] refiriendome el lance de ayer tarde, y
advirtiendome que los tales ruidos[101-7] habian durado toda la
25 noche. Como yo soy viejo, y he servido al Rey, y me asusto de pocas
cosas, me
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