Por de pronto,[94-5]
sinvergueenzona,[94-6] dejate de monadas y enterate bien de lo que
voy a decirte.
25 La mora, que, lavada y peinada, resultaba mas joven y artistica,
aunque no menos fea que antes, se relamio como una gata,
clavo en _Manos-gordas_ los dos carbunclos que le servian de ojos,
y dijole, mostrando sus blanquisimos y anchos dientes, que nada
tenian de humanos:
30 --Habla, mi senor; que tu esclava solo desea servirte.
_Manos-gordas_ continuo:
--Si desde este momento en adelante llega a ocurrirme alguna
desgracia, o desaparezco del mundo sin haberme despedido de
ti, o, habiendome despedido, no tienes noticias mias en seis (p95)
semanas, procura volver a entrar en Ceuta y echa esta carta al
correo. ?Te has enterado bien, cara de mona?
Zama rompio a llorar, y exclamo:
--iAdmet! ?Piensas dejarme?
05 --iNo rebuznes, mujer!--contesto el moro.--?Quien habla
ahora de eso? iDemasiado sabes que me gustas y que me
sirves! Pero de lo que[95-1] ahora se trata es de que te hayas
enterado bien de mi encargo....
--iTrae!--dijo la mora, apoderandose de la carta, abriendose
10 el justillo y colocandola entre el y su gordo y pardo seno,
al lado del corazon.--Si algo malo llega a sucederte, esta carta
caera en el correo de Ceuta, aunque despues caiga yo en la
sepultura.
Aben-Carime sonrio humanamente al oir aquellas palabras, y
15 dignose mirar a su mujer como a una persona.
X
Mucho y muy regaladamente debio de dormir aquella noche
el matrimonio agareno[95-2] entre los matorrales del camino, pues
no serian menos de las nueve de la siguiente manana cuando
llego al pie de Cabo-Negro.
20 Hay alli un _aduar_ de pastores y labriegos arabes, llamado
"Medik", compuesto de algunas chozas, de un morabito o ermita
mahometana, y de un pozo de agua potable, con su brocal de
piedra y su acetre de cobre, como los que figuran en algunas
escenas biblicas.
25 El _aduar_ se hallaba completamente solo en aquel momento.
Todos sus habitantes habian salido ya con el ganado o con los
aperos de labor a los vecinos montes y canadas.
--Esperame aqui...--dijo _Manos-gordas_ a su mujer.--Yo
voy a buscar a ben-Munuza, que debe de hallarse al otro
30 lado de aquel cerro arando los pobres secanos
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