FREE BOOKS

Author's List




PREV.   NEXT  
|<   69   70   71   72   73   74   75   76   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91   92   93  
94   95   96   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110   111   112   113   114   115   116   117   >>  
omenzo a rezar; todos los comensales hicieron lo mismo, menos el extranjero a quien advirtio Martin de su olvido y que, al darse cuenta, se quito apresuradamente la gorra. En el transcurso de la cena, el hombre bajito hablo mas que nadie. Era navarro de la Ribera. Tenia un tipo repulsivo, chato, de mirada oblicua, pomulos salientes, la boina pequena echada sobre los ojos, como si instintivamente quisiera ocultar su mirada. Defendia la conducta del cabecilla asesino Rosas Samaniego, que estaba entonces preso en Estella, y le parecia poca cosa el echar a los hombres por la sima de Igusquiza, tratandose de liberales y de hombres que blasfemaban de su Dios y de su religion. Conto el tal viejo varias historias de la guerra carlista anterior. Una de ellas era verdaderamente odiosa y cobarde. Una vez cerca de un rio, yendo con la partida, se encontraron con diez o doce soldados jovencitos que lavaban sus camisas en el agua. --A bayonetazos acabamos con todos--dijo el hombre sonriendo, luego anadio hipocritamente--Dios nos lo habra perdonado. Durante la cena, el repulsivo viejo estuvo contando hazanas por el estilo. Aquel tipo miserable y siniestro era fanatico, violento y cobarde, se recreaba contando sus fechorias, manifestaba crueldad bastante para disimular su cobardia, tosquedad para darla como franqueza y ruindad para darle el caracter de habilidad. Tenia la doble bestialidad de ser fanatico y de ser carlista. Este desagradable y antipatico personaje se puso despues a clasificar los batallones carlistas segun su valor; primero eran los navarros, como era natural, siendo el navarro, luego los castellanos, despues los alaveses, luego los guipuzcoanos y al ultimo los vizcainos. Por el curso de la conversacion se veia que habia alla un ambiente de odios terribles; navarros, vascongados, alaveses, aragoneses y castellanos se odiaban a muerte. Todo ese fondo cabileno que duerme en el instinto provincial espanol estaba despierto. Unos se reprochaban a otros el ser cobardes, granujas y ladrones. Martin se ahogaba en aquel antro, y sin tomar el postre, se levanto de la mesa para marcharse. El extranjero le siguio y salieron los dos a la calle. Lloviznaba. En algunas tabernas obscuras, a la luz de un quinque de petroleo, se veian grupos de soldados. Se oia el rasguear de la guitarra; de cuando en cuando una voz cantaba la jota, en la calle negra y silenciosa. --Ya me esta a mi cargando esta cancion estolida--mur
PREV.   NEXT  
|<   69   70   71   72   73   74   75   76   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91   92   93  
94   95   96   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106   107   108   109   110   111   112   113   114   115   116   117   >>  



Top keywords:

castellanos

 

navarros

 

mirada

 

navarro

 

cobarde

 

despues

 

estaba

 

alaveses

 

soldados

 

carlista


hombres

 

repulsivo

 

fanatico

 
cuando
 

extranjero

 

contando

 
Martin
 
hombre
 

ambiente

 

habilidad


caracter

 

aragoneses

 
odiaban
 

franqueza

 

ruindad

 

conversacion

 

terribles

 

vascongados

 

ultimo

 

carlistas


primero

 

batallones

 

muerte

 

clasificar

 

personaje

 

antipatico

 

desagradable

 

vizcainos

 

guipuzcoanos

 

bestialidad


natural

 

siendo

 

granujas

 
grupos
 

rasguear

 

petroleo

 

quinque

 

algunas

 
Lloviznaba
 
tabernas