egaria de nuestro linaje; y si Espana se dejara ultrajar de ese modo,
seria digna de mejor suerte.
--iDigna de mejor suerte,--dijo Elias con la mas horrible expresion de
que era capaz su rostro abominable; digna de aniquilarse y desaparecer de
la tierra si no lo hiciera.
--No, no lo puedo creer aunque usted me lo diga. Cuando yo no crea en
la libertad, no creere en nada, y sere el mas despreciable de los
hombres. Yo creo en la libertad que esta en mi naturaleza, para que la
manifieste en los actos particulares de mi vida. Yo, ciudadano de esta
nacion, tengo derecho a hacer las leyes que han de regirme; tengo
derecho a reunirme con mis hermanos para elegir un legislador.
--Para darte leyes y obligarte a cumplirlas existe un hombre sagrado,
ungido por Dios.
--No: yo y mis hermanos le ungimos. Es Rey porque nosotros queremos. Es
sagrado para mi si cumple el pacto solemne que ha hecho con todos y cada
uno. Si no, no. Pero lo cumplira, lo ha jurado.
--Hay juramentos--contesto sobriamente Coletilla,--cuyo cumplimiento es
un crimen.
Lazaro sintio frio en el corazon. El aplomo con que aquellas palabras
fueron pronunciadas le anonado mas, y le hundio mas.
--Y todos esos heroes--se atrevio a decir el preso despues de
meditar.--todos esos heroes, santificados por la Historia, que viven en
el recuerdo de los buenos y seran siempre orgullo del genero humano;
todos esos que han vivido por la libertad, que han muerto por ella,
martires deshonrados en su ultimo dia por la mano del verdugo, pero
enaltecidos despues por la humanidad... ?no quiere usted que yo les ame?
Y les venero; mi pequenez no me permite imitarlos; pero por tener
ocasion de parecerme a ellos, diera toda mi vida, lo confieso. iOh! si
la libertad no fuera la cosa mas buena, seria la cosa mas bella con la
memoria de tantos heroes.
--?Y esos son tus heroes? ?Eso es lo que admiras? dijo Elias.
--?Pues a quien he de admirar? ?a quien he de admirar? ?A los tiranos?
?A Neron, matando a Seneca; a Felipe II, asesinando a Egmont y a Lanuza;
a Luis XV, descoyuntando a Damiens?
--Era preciso ensenar a los franceses que no debia haber otro Ravaillac.
--Pues la leccion no hizo efecto, porque hace treinta anos que un Rey
murio en un patibulo.
--iEsos son tus semidioses, esos!--exclamo Elias con furia.
--No: mis semidioses no son el exterminio, el terror ni el asesinato.
Lamento los desvarios de todos; mas no extrano que, al huir da las
violencias de un ex
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