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de comun. No podemos parar el movimiento de los astros y no podemos
parar igualmente ninguno de esos movimientos morales que gravitan con
incontrastable fuerza hacia su centro de atraccion: la Justicia. Pues
el mundo moral esta regido por las mismas leyes que el fisico y si
el poder del hombre es impotente para suprimir una molecula de los
espacios necesaria a la gravitacion universal, menos podra contener
la generacion de las ideas elaboradas en la conciencia y ansiosas de
encarnar en los fecundos senos de la vida y de la realidad.
Es interesante el fenomeno de que cada vez que se trata de realizar
una reforma social en consonancia con las ideas y actividades del
siglo y en contradiccion con anejas creencias y preocupaciones, no
faltan nunca las objeciones fundadas en el mantenimiento del _statu
quo_ que se quiere a toda costa preservar. Los eternos agoreros del
desastre, los falsos profetas de la destruccion, como no puede menos
de suceder, alzan sus fatidicas voces en esta ocasion protestando
contra el sufragio femenino en nombre de la santidad del hogar y
de la insustituibilidad de costumbres que han sido por largo tiempo
admitidas.
Francamente, no tengo ninguna paciencia para escuchar semejantes
objeciones. Si este pais no hubiera sido precisamente uno de los
pocos lugares privilegiados del planeta en donde se ha realizado con
fortuna el experimento de una brusca transicion de sistemas e ideales,
sin producir paradas ni retrocesos, sin desarticulaciones ni roturas,
yo diria que los sobresaltos y temores de aquellos que se oponen a
esta innovacion se hallan justificados.
Pero en menos de una generacion, este pais, sacudido en sus cuatro
costados por esos grandes terremotos sociales que por otro nombre se
llaman revoluciones, ha visto desmoronarse sus antiguas instituciones
para levantarse en su lugar otras enteramente nuevas; ha visto
desaparecer teorias, creencias y valores morales que se tenian por
inconmovibles y eternos para ser sustituidos por diferentes principios
y metodos, fundados en la democracia y libertad; y a despecho de esos
cambios y trastornos que han modificado radicalmente su estructura
social y politica y gracias precisamente a ellos, nuestro pueblo se
ha convertido en un pueblo con pensamientos e ideales modernos, con
una constitucion robusta y capaz de afrontar los estragos de la lucha
por la existencia, en vez de aquel enfermizo y atrofiado organismo que
tenia miedo a todas las nove
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