n la oscuridad manos invisibles que las empujan.
iToc-toc!... iToc-toc!... De pronto pasa una rafaga de silencio y la
casa es como un sepulcro. Despues, pisadas y rosmar de voces en el
corredor: Llegan rifando la vieja criada y Don Galan_.
LA ROJA
Ya dejamos al caballo en su cuadra. iQue noche Madre Santisima!
DON GALAN
Truena y lostrega que pone miedo.
LA ROJA
iY no poder encender un anaco de cirio bendito!....
DON GALAN
?No lo tienes?
LA ROJA
Si que lo tengo, mas no puede ser encendido en esta noche tan fiera.
Tengo dos medias velas que alumbraron en el velorio de mi curmana la
Celana.
EL CABALLERO
?Habeis oido?
LA ROJA
?Que, mi amo?
EL CABALLERO
Una voz....
DON GALAN
Son las risadas del trasgo del viento....
_Suenan en la puerta grandes aldabonazos que despiertan un eco en la
oscuridad de la casona. El Caballero se pone en pie_.
EL CABALLERO
Dame la escopeta, Don Galan. iVoy a dejar cojo al trasgo!
DON GALAN
Oiga su risada.
LA ROJA
Lo vera que se hace humo o que se hace aire....
_Abre la ventana Don Juan Manuel, y el viento entra en la estancia con
un aleteo tempestuoso que todo lo toca y lo estremece. Los relampagos
alumbran la plaza desierta, los cipreses que cabecean desesperados, y
la figura de un marinero con sudeste y traje de aguas, que alza el
aldabon de la puerta. La lluvia moja el rostro de Don Juan Manuel
Montenegro_.
EL CABALLERO
?Quien es?
EL MARINERO
Un marinero de la barca de Abelardo.
EL CABALLERO
?Ocurre algo?
EL MARINERO
Una carta del senor capellan. Cayo muy enferma Dama Maria.
EL CABALLERO
iHa muerto!... iHa muerto!... iPobre rusa!
_Retirase de la ventana, que el viento bate locamente con un fracaso
de cristales, y entenebrecido recorre la antesala de uno a otro
testero. La vieja, y el bufon, hablando quedo y suspirantes, bajan a
franquear la puerta al marinero. En la antesala el viento se retuerce
ululante y soturno. Las vidrieras, tan pronto se cierran estrelladas
sobre el alfeizar, como se abren de golpe, tragicas y violentas. El
marinero llega acompanado de los criados y se detiene en la puerta, sin
aventurarse a dar un paso por la estancia oscura. Don Juan Manuel le
interroga, y de tiempo en tiempo un relampago les alumbra y se ven las
caras lividas_.
EL CABALLERO
?Traes una carta?
EL MARINERO
Si, senor.
EL CABALLERO
Ahora no puedo leerla... Dime tu que desgracia es esa... ?Ha m
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